28 Mar
28Mar

Cómo afectan las expectativas congregacionales:

Seguramente, en algún momento de tu vida te dijeron frases como “tenes que ser ejemplo de los demás jóvenes”, “acordate que están mirando lo que haces”, “los hijos de pastores son todos iguales”, “¿vas a ser pastor como tu papa?”, “tenes que servir en todo porque sos el hijo de pastor”; si escuchaste esto entre otras tantas frases, no estas solo, a muchos nos ha pasado.

Muchos de nosotros nos hemos sentido o nos sentimos presionados a causa del peso ministerial de la casa a la que pertenecemos; muchas veces nos sentimos solos, incomprendidos, presionados, o que no pertenecemos a tal tarea; pero vamos a intentar entender el porqué de estas presiones que sentimos, el porqué de las expectativas que las personas tienen de nosotros.

Las expectativas que tenemos hacia nosotros y las que tienen otros para con nosotros, influencian en nuestra conducta y decisiones, sean para bien motivandonos a crecer y mejorar como personas, o para mal provocando que nos desanimemos, seamos pesimistas o queramos evitar ciertas situaciones y personas. Todo esto se vuelve un peso, muchas veces difícil de soportar, no entendemos el porqué de las situaciones que pasan a nuestro alrededor, y en la mayoría de las ocasiones, las cargas congregacionales de nuestros padres nos afectan a nosotros como hijos; también provocan en nosotros rebeldía, el oponernos a todo lo que se nos pida, hasta el punto de volvernos rebeldes contra Dios o querer abandonar todo.

Las expectativas pueden volverse muy peligrosas para nosotros, por eso debemos tratarlas en nuestro corazón con la ayuda y guía del Espíritu Santo.

Como ejemplo vamos a tomar a un joven que fue hijo en la fe del Apostol Pablo, Timoteo.

Fue elegido por Pablo a causa de que la gente tenía un buen concepto de él “Los creyentes de Listra e Iconio tenían un buen concepto de Timoteo…” Hechos 16:2

Luego de esto Pablo lo deja en Efeso para que se encargue de la Iglesia que estaba ahí 1 Timoteo 1:3.

¿Pero qué tiene que ver esto con nosotros? ¡Mucho! porque al igual que muchos de los hijos de pastores, a Timoteo se le dio una tarea un poco pesada, que era corregir lo deficiente en la Iglesia de efeso; no era una tarea sencilla, iba a tener muchas presiones que sobre pasar, probablemente las expectativas de las personas con Timoteo eran muy altas, pero Pablo le da algunos tips que a nosotros nos pueden servir.

Lo primero que debemos conocer, para que estas expectativas no se vuelvan un peso en nosotros, es el verdadero amor del Padre y el Propósito que tenemos en Él (1 Timoteo 1:18), Timoteo sabía a lo que había sido llamado y es sumamente importante, porque conociendo su amor y propósito es donde somos cubiertos de las cosas que quieran venir a dañarnos, donde somos llenos y satisfechos, nuestra vida encuentra el verdadero sentido por el cual vivir, podemos entender la tarea que se nos encomendó como casa.

Si somos parte de una casa pastoral, debemos entender que no son solo nuestros padres, nosotros también nos volvemos colaboradores a causa del propósito, somos los que conocemos las intenciones y visión de nuestros padres-pastores. Por eso es necesario sanar toda expectativa no cumplida, para crecer juntos en gracia y ser fieles en el servicio que Dios nos encomendó.

Lo segundo que Pablo le recomienda es que “pelee la buena batalla, mantenga la fe y una buena conciencia…” 1 Timoteo 1:18-19, pelear por mantenernos firmes en lo que creemos, confiar en Dios más allá de lo que veamos a nuestro alrededor, quitar las dudas que vienen a nuestras mentes. Estamos expuestos a miles de pensamientos, conceptos, ideologías, presiones sociales, y corremos el riesgo de caer en dudas de quienes somos, por eso es necesario renovar nuestras mentes y afirmarnos en Cristo para que nada pueda movernos.

En el capítulo 4 Pablo le dice “Que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que los creyentes vean en ti un ejemplo a seguir en la manera de hablar, en la conducta, en amor, fe y pureza.”, no importa la edad que tengamos, somos un ejemplo para alguien y no importa si es una o miles de personas, somos de influencia para otros por lo tanto debemos cuidar como nos comportamos; pero esto no debe ser una careta para los que nos ven, sino que primero comienza en nuestra intimidad, es ahí donde debemos cuidarnos para ser genuinos frente a los que nos rodean, sino nada tendrá sentido.

El siguiente consejo de Pablo está en 2 Timoteo 1:6, donde le pide que “avive la llama del don de Dios que recibió". Nunca debemos dejar que las circunstancias exteriores apaguen la pasión por Dios, esa sensibilidad que nos permite escuchar su voz en todo tiempo, que nos permite obedecer porque hemos entendido fuera de Él todo pierde sentido. Mantengamos esa llama encendida todo el tiempo.

Y el último punto que veremos hoy es que Pablo le marca en sus cartas y sobre todo en la segunda que siga su ejemplo, y este es un tema a veces un poco complicado, porque requiere de nosotros humildad para reconocer a nuestros padres como nuestros pastores, lo cual nos llevará a quitar toda familiaridad y honrarlos. Ellos son nuestros ejemplos, nuestros referentes y aunque conozcamos sus deficiencias o virtudes no dejan de ser nuestras autoridades espirituales. Por lo tanto debemos aprender a seguir sus buenas conductas con respecto al Señor.

Sé que hay muchos más consejos que Pablo le da a Timoteo, pero considero que estos son importantes en esta ocasión.

En resumen, que las expectativas no nos quiten la mirada de Cristo, sino que cada día volvamos a mirarlo a Él, recordemos que vivimos por y para nuestro Señor.

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