13 Jun
13Jun

En los días que vivimos, pareciera algo contracultural hablar de vivir estando alegres. Cada vez es más común en nuestros círculos escuchar palabras como: “Depresión, Angustia, Tristeza, Desánimo, entre otras". 

Hoy, mediante este escrito, quiero que juntos veamos que fuimos llamados a vivir alegres. No es condicional, sino como una naturaleza que opera en nosotros. Al leer “Estén siempre alegres”, automáticamente pienso en 1 Tesalonicenses 5:16, pero me sorprende que esta frase fue una exhortación bastante frecuente del Apóstol Pablo. En algunos versículos lo podemos ver haciendo referencia con la palabra: “Gozo - Gozaos”, pero su origen es siempre la misma palabra (χαίρω)

Me gustaría mencionar Gálatas 5:22 “En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad [...]”. Partiendo de esta base, podemos afirmar que la alegría en nuestra vida no es una condición, sino un fruto de Su vida operando en nosotros. Nuestra alegría es una expresión de Su gobierno, es por eso que durante las escrituras podemos ver alegría donde nuestra naturaleza no la ve. Pablo escribe Filipenses desde la prisión y podemos encontrar versículos como estos: “No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. Sé lo que es vivir en la pobreza y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez”. Filipenses 4:11-12. 

La alegría nunca depende de factores externos, sino de aquello que gobierna nuestro interior. Con esto quiero que arribemos a la conclusión de que nuestra alegría es un fruto de expresión de esta naturaleza que nos habita.

Algo que me llama la atención es que cuando en las escrituras se menciona la alegría, está vinculada con algo más. Veamos algunos ejemplos:

  • El permanecer en su amor está ligado a participar en su alegría:

Juan 15:9-11: “Así como el Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que tengan mi alegría y así su alegría sea completa.”. 

  • La alegría no es un estado, sino una expresión de lo completa que es Su vida en nosotros:

1 Tesalonicenses 5:16-22: “Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús. No apaguen el Espíritu, no desprecien las profecías, sométanlo todo a prueba, aférrense a lo bueno, eviten toda clase de mal.” 

Aquí vemos nuevamente como Pablo incluye el mantenernos alegres en una exhortación aún más amplia debido a que, esa es la voluntad de Dios para nosotros sus Hijos. Y ya no es solo estar siempre alegres, sino también, permanecer en la oración, dar gracias a Dios en toda situación, someter todo a prueba, aferrarnos a lo bueno, evitar el mal. 

Hasta aquí podemos ver ejemplos del porqué somos llamados a vivir en alegría, pero ahora me gustaría introducir el para qué.

  • 1 Colosenses 1:9-11: “[...] Pedimos que Dios les haga conocer plenamente su voluntad con toda sabiduría y comprensión espiritual, para que vivan de manera digna del Señor, agradándole en todo. Esto implica dar fruto en toda buena obra, crecer en el conocimiento de Dios y ser fortalecidos en todo sentido con su glorioso poder. Así perseverarán con paciencia en toda situación y con mucha alegría ”. 

El perseverar en alegría, nos brindará un mayor conocimiento de su voluntad, sabiduría y comprensión espiritual, dar fruto en buena obra, crecer en el conocimiento y ser fortalecidos. ¡Wow!

Hasta ahí todo resulta muy lindo y esperanzador, pero, ¿Cómo llegamos a vivir en la operación de su gozo en nuestra vida?

Sabemos que todos lidiamos con desafíos en nuestra cotidianidad que parecen oponerse a este principio de “estén siempre alegres”. No estamos ni estaremos exentos de esas complicaciones, pero es solo cuando nos rendimos a Él que podremos vivir en la operación de Su vida en nosotros. Donde nosotros vemos dificultad, Él ve esperanza; dónde nosotros vemos enfermedad, Él ve salud; dónde nosotros vemos carencia, Él ve plenitud. 

Desde nuestra posición terrenal, nunca encontraremos el gozo ni la alegría. Podremos contentarnos, pero será algo pasajero y poco comparable al gozo que proviene de Él. Es por eso que necesitamos renovar por completo nuestra mente para poder comenzar a ver las cosas como Él las ve y ser partícipe de lo que en Él ya fuimos provistos, como Su alegría.

Para cerrar, me es imposible no mencionar Romanos 12:2: “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cómo es la voluntad de Dios: buena, agradable y perfecta”. Habiendo mencionado eso, Pablo dice lo siguiente en el versículo 12: “Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración”

Romanos 5:5 “Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.”

Colosenses 1:27 “A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria”

¡Cristo en nosotros es nuestra esperanza y, por ende, nuestra fuente de alegría!

Estén siempre alegres no se refiere a mi estado de ánimo del día a día, sino que es una exhortación a posicionarnos en Él, para ser expresión de lo que Él es en nosotros.

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