25 Apr
25Apr

El amor es Vida y Realidad. Sin embargo, esta Vida y Realidad, debe ser entendida y experimentada, partiendo de la base que: no podemos experimentar aquello que no hemos entendido. Podemos decir que todos los asuntos que trata la biblia, son manifestaciones y/o expresiones de la vida de Cristo. Cuando hablamos del amor, estamos hablando de Cristo mismo y su expresión.

Por lo tanto afirmamos primeramente diciendo que: el amor antes de HACER es un SER.

Al decir que amamos, estamos diciendo que somos la fiel expresión de Cristo en la tierra. Pero este amor se expresa y se da a conocer solo al realizar la voluntad de Dios. Pero en esta ocasión, me tomare la licencia de abrir un poco mas este “abanico” y mencionarles una palabra que siempre se la hermanó con el amor, y es la “pasión”.

Puedo ver en mi espíritu, que la pasión es aquello que poco a poco se escurrió y/o diluyó. Ya no vemos tantas personas apasionadas en el evangelio. Con esto no estoy diciendo fanáticos, sino que hablo de una persona llena de pasión por lo que hace para el Señor.

¿Qué es la pasión? Sentimiento vehemente, capaz de dominar la voluntad y perturbar la razón (RAE).

Podemos decir que el amor es la sustancia misma de Dios, y la pasión es la manera en que este se manifiesta hacia a los demás. Muchas veces el amor se expresa y manifiesta como pasión, haciendo que que la vida de Dios nos gobierne por completo, absorbiendo por completo nuestra voluntad.

Me gusta decir que: el amor de Dios perturba nuestra razón humana y natural, y nos somete a la mente de Cristo.

Pasión sin amor es solo fanatismo.

El amor es la misma vida de Dios en nosotros. Dios nos ama dándonos su vida. Por eso decimos que tenemos el amor de Dios si hemos recibido Su Vida.

Efesios 2:4-7 RV604 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, 7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.

¡El amor de Dios se dispensó en la cruz! El amor mismo —Cristo— fue partido y repartido como pan, y nosotros podemos participar de este “pan” y ser portadores del Real Amor, —amor que no tiene comparación natural/terrenal—. Llegamos a participar de este amor, ya que nosotros también estuvimos allí en la cruz: juntamente con él fuimos crucificados, sepultados y resucitados.

Es importante saber que nada de lo que hagamos debe ser realizado sin amor. No porque no podamos, sino porque aquello que se haga sin amor (sin la sustancia y vida de Cristo) jamás podrá ser aceptado por Dios. Con mucha razón Pablo afirma en 1º corintios 13 “sin amor…nada somos”; y Jesús lo dice en Juan 15 “separados de mí nada ustedes pueden hacer…”. Porque no se trata del bien que podamos hacer, sino se trata de LA VIDA que estamos dispensando a los demás mediante las buenas obras que el Padre nos conduce a realizar.

Dios desea que aquello que realicemos pueda dar vida. A él no le interesa el “mucho bien” que podemos hacer. Él solo quiere dar vida a través de nosotros. Tengamos cuidado porque quizás el “gran bien” que estemos haciendo sea sin vida.

Veamos este ejemplo:

Apocalipsis 2:2-4 RV602

Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; 3 y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. 4 Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.

Dios conocía todas las obras de esta Iglesia, todo era aparentemente perfecto, no había nada para reprochar esta Iglesia hacia lo que supuestamente “había que hacer”; PERO Dios tenia algo en su contra:

Habían dejado lo protocolar, ¡lo que es primero! EL AMOR!

“Obras excelentes, pero sin amor…”

Todo lo que podemos hacer puede ser reprobado, solo por el hecho de no dar vida a través de lo que hacemos.

Quiero que retengamos juntos este pensamiento:

Amor Es La Vida De Dios En Nosotros Y A Través De Nosotros Al Mundo. Amar no es “hacer algo” en primer lugar, sino DAR ALGO… ¿Qué damos? Damos a Cristo, porque toda “rama” que permanece en él —Cristo, la vid verdadera— jamás podrá dar un fruto ajeno a aquello a lo cual fue unido.
Este es el tiempo de dar a Cristo, porque sencillamente nuestra vida esta saturada de Cristo… y este es el amor: SU VIDA.

Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.