Cuando tenía 8 años recuerdo que hubo una prédica dónde el pastor decía, ”si tuvieran fe tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a esta montaña: “Trasládate de aquí para allá” y se trasladaría.” No puedo explicar la cantidad de veces que desde ese día intente hacerlo de manera literal, recuerdo pararme frente a la montaña de mi casa, y decirle “Movete” esperando tal movimiento. Claro, no conocía, ni entendía mucho de lo que vamos a ver juntos a continuación…
Me gustaría comenzar recordando y reafirmando en nuestras mentes que “FE”, no es algo, sino alguien, y más allá de que la frase parezca trillada o devaluada, quiero que hoy una vez más podamos leerlo y meditar en ello, para buscar comprender que hablar de “Activados en Fe”, es hablar de estar activos en una persona, la Persona del Hijo de Dios, que es CRISTO.
Cuando hablamos de "Activados" nos referimos a aquellos que han sido puestos en acción
Entendiendo esto podemos entonces afirmar que, “Activados en Fe” tiene que ver con:
“Vivir y Accionar EN y DESDE la persona de Cristo”
La “Fe” etimológicamente hablando en las escrituras se presenta como: Confianza, fidelidad, dependencia en Dios y en su obra redentora a través de Jesucristo.
Por eso decimos que la fe se presenta como:
Ahora muchas veces cuando nos detenemos en la palabra “fe”, inmediatamente pensamos que tiene que ver con CONQUISTAR todo lo que nos proponemos y aún lo que deseamos, como yo, cuando era un niño.
Pero esto no es así, y anhelo que hoy si aún ese concepto está instalado en ti y en mí, pueda ser erradicado por completo, para que podamos acercarnos confiadamente a la persona de Fe, para poder vivir una VIDA DE FE y no actos aislados que NO tienen que ver con su voluntad.
Y creó que este es el punto crucial, porque si leemos hebreos 11, nos vamos a dar cuenta que nunca se trató de lo que ellos querían, sino de lo que Dios quería y la respuesta de ellos en CREER y CONFIAR en lo que Dios había propuesto.
Vivir una vida de FE, no se trata de vivir según mis criterios, o accionando en lo que yo creo, sino en RESPONDER A SU VOLUNTAD aunque mis ojos naturales no vean nada de lo que El me esta diciendo, CONFÍO PORQUE LO VEO A Él (veo su realidad), y al caminar viendolo a El, es que comenzaré a VER EN y DESDE EL.
La Fe, no nos fue dada para OBTENER lo que yo quiero, sino para plasmar la voluntad de Dios en esta tierra.
Fe es Cristo, y Cristo es la VOLUNTAD PERFECTA DEL PADRE. Entonces, tener FE, es tener CRISTO, osea es tener su Voluntad Revelada en mí.
Ahora sí, está fe puede REVELARME que es necesario “trasladar una montaña de aquí para allá, entonces al declarar mi palabra de Fe (Palabra en sintonía con su voluntad), automáticamente la montaña se trasladará”
Fuimos llamados a abrazar esta Fe y me gustaría decirte que es misma Fe que les llevo a: conquistaron reinos, hacer justicia, cerrar bocas de leones, apagar la furia de las llamas y escapar del filo de la espada; sacar fuerzas de la flaqueza; y mostrarse valientes en la guerra y poner en fuga a ejércitos extranjeros.
Es la misma Fe que los llevó a vituperios y azotes, prisiones y cárceles, fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada, estuvieron pobres, angustiados, maltratados, errando por desiertos, por montes y cuevas.
Por eso es que decimos que la Fe, no es para experimentar lo que yo quiero, sino lo que Dios determinó.
Es muy importante entender y ver esto, ya que “Una palabra de FE”, no siempre es la palabra que nos saca una sonrisa, pero SI ES la que deposita en nosotros una PERSONA que nos hace PERMANECER aún en tiempos hostiles.
Para concluir me gustaría decir que, la fe no se trata de obtener lo que deseamos, sino de abrazar la voluntad de Dios con confianza y obediencia. Es la misma fe que nos lleva a experimentar victorias y adversidades, alegrías y tribulaciones. Es la fe que nos sostiene en los momentos más oscuros y nos impulsa a seguir adelante con valentía y determinación.
Que nuestras vidas sean testimonios vivientes de una Fe genuina y arraigada en la persona de Cristo, llevándonos a una profunda relación con Dios y al cumplimiento de su propósito para nuestras vidas. Que nuestras pruebas y tribulaciones, lejos de debilitarnos, fortalezcan nuestra fe y nos conduzcan a una mayor glorificación de Dios. Que así sea nuestra respuesta al llamado de vivir activados en fe, confiando plenamente en aquel que es fiel y digno de toda alabanza.
¡Que nuestra FE sea una luz que brille en la oscuridad, atrayendo a otros a conocer el amor y el poder de nuestro Señor y Salvador Jesucristo!